8. LA MOTO ESTÁ PREPARADA

Hace unos días, por fin, pude recoger la moto del puerto. Venía preparado para un auténtico desastre de burocracia india así que no he perdido la calma en ningún momento durante los 10 largos días que he andado a vueltas de oficina en oficina, escribiendo mails o haciendo decenas de llamadas porque siempre faltaba algo, un papel, una firma, un permiso, o porque te dicen ‘vuelvo’ en 10 minutos pero aquí los minutos deben ser más largos.

Aún me falta recuperar el Carnet de Passages, pero finalmente recogí la moto, y ya la he preparado para los kilómetros que nos esperan juntos.



Lo primero fue colocarle unas barras de protección para evitar daños mayores en caso de caída. Respaldo en el asiento del acompañante. Y manillar un poco más alto para no llevar las manos a la altura de las rodillas. Todo instalado en una hora. Precio de los accesorios y la mano de obra: 45 euros.



Después de la moto tocaba el remolque, que llegaba por mensajero desde el norte de India. Una maravilla. Muy espacioso, ligero, y cómodo de llevar. La instalación eléctrica llevó más tiempo de lo previsto, pero aquí no hay problema que se resista. Eso sí, un par de banderitas llamativas son imprescindibles para que no se lo lleven por delante. A juzgar por las caras de asombro de los indios no han visto algo así en la vida, y eso que aquí se ven trastos raros, raros.




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